miércoles, 26 de agosto de 2020

Instrucciones e inseguridad jurídica en las residencias catalanas


Cinta Pascual, presidenta de ACRA y de CEAPs lo dijo de forma meridianamente clara durante su intervención ante el Congreso de Diputados "Ha sido un infierno porque alguien decidió que no había camas de hospital para todo el mundo" (aquí está el vídeo). Todo el sector se quejó amargamente de la falta de material EPI y de la dificultad para poder diagnosticar mediante tests y cubrir bajas. En cambio el consejero Chakir El Homrani explica las cosas de forma diferente negando "que se abandonara la gente mayor en las residencias y que se produjera un cribado en la atención médica de estos usuarios durante la pandemia". ¿Quién está describiendo mejor la situación?

 

Creo que es difícil si estás en el poder decir la verdad muy a menudo por miedo a que se te echen encima. El Homrani ha aceptado que se equivocaron al tardar mucho en prohibir visitas o en no pasar PCRs a los trabajadores de las residencias. Incluso ha dicho claramente que no estaban preparados para la situación. Esto es positivo, aunque muchas residencias catalanas siguen pensando que la Generalitat no está siendo en estos tiempos difíciles un compañero de viaje en el que confiar o que te demuestre confianza.

 

Hablo con muchos directores/gerentes/propietarios de residencias y suelo decirles que en la actuación de la Generalitat, comparándola con la de otras comunidades autónomas hay puntos fuertes y débiles.  El pago de las plazas concertadas/colaboradoras desocupadas, la subida transitoria de tarifas (que esperamos se consolide) y la paga extra anunciada para septiembre a las trabajadoras y trabajadores del sector son puntos a favor.  El trato a los centros de día, la entrega de EPIs al principio o la forma de comunicar, tanto a las residencias como hacia el exterior, ponen más sombras.

 

Si hoy administrase una residencia querría tener ante "una Generalitat", no una hidra de muchas cabezas (Asuntos Sociales y Sanidad como más relevantes, pero con otras como el CAP, la Oficina de residencias ...). También me daría seguridad saber que existe “una forma de hacer las cosas”, así podría aprender de lo que hacen otras residencias y beneficiarme de buenas prácticas.

 

Describo alguna situación recientes: En Barcelona y zona Maresme algunas residencias que son consideradas como "verdes" han presentado su plan de contingencia y lo han recibido devuelto con varios puntos que deben corregirse, en cambio en Lleida otras residencias han recibido una visita a la residencia de una especie de inspecció y después han recibido un informe que se parece mucho a un plan de contingencia y que se llama "informe de la idoneidad de las instalaciones y la residencia XXX como centro receptor de usuarios de otras residencias de la región sanitaria". ¿Habría forma de conseguir que hubiese un procedimiento común para la elaboración de planes de contingencia? ¿Podría publicar la Generalitat todos los planes de contingencia para que quien tiene que elaborar uno pudiese aprender de lo que han hecho los demás?

 

Si administrase una residencia querría tener unas instrucciones comprensibles para saber cómo debo preparar mis protocolos.  Como la realidad es cambiante entiendo que las instrucciones pueden variar.  En ese caso querría que cada nueva instrucción viniese con algún sistema que me permitiese saber qué ha cambiado.   Quizás un pequeño resumen final que contuviese los cambios.  Y querría eso porque cada cambio de protocolo supone un esfuerzo organizativo importante.

 

Pongo un ejemplo:

 

Pla de desescalada dels centres residencials.  Maig 2020 (30 páginas)

 

Pla de contingencia de residències per a la tardor Juliol 2020 (27 páginas)

 

Gestió de la infecció pel coronavirus SARS-CoV-2 en l’àmbit residencial Pla sectorial. Agost 2020 (39 páginas)

 

A pesar de que tienen títulos diferentes, estos tres documentos (fácimente traducibles al castellano con Google Translator)  tocan temas similares.  Una residencia que quiera saber si tiene que reservar plazas libres por si hay un rebrote debe ver el segundo documento (pág 20); si quiere saber los requisitos para hacer ingresos (si es necesario PCR y con cuánta antelación) o para reincorporar a personal después de vacaciones debe leer los otros.

 

Quien ha leído otras cosas que he escrito sabe que considero que las instrucciones que están recibiendo las residencias son, en ocasiones herramientas para proteger a la administración más que para evitar efectos negativos del rebrote (Instrucciones trampa), sólo así entiendo que se exija a las residencias el disponer de una bolsa de trabajo para cubrir bajas en caso de rebrote cuando todos sabemos (la Generalitat incluida) que si se vuelven a producir bajas o cuarentenas que afecten a más de un 10 o 20% de los empleados de un centro, resultará imposible cubrirlas de forma eficiente con personal mínimamente preparado para poder ponerse a trabajar de forma inmediata.  Hoy sabemos, porque lo vivieron muchas residencias públicas y privadas que, cuando el virus entra en las residencias se genera miedo entre los empleados, lo que hace aumentar las bajas, y en los candidatos a trabajar, que prefieren no ir a residencias.  Esto no es una especulación, lo hemos vivido.  El hecho de que esa exigencia se traslade a las residencias es una forma de decirles que, si hay un rebrote, tienen bajas y no pueden cubrirlas será culpa suya, no de la administración.

 

Otra forma en que las instrucciones parecen trampas es su complejidad.  Casi todas las residencias han recibido los sucesivos documentos de sus referentes o de la patronal a la que pertenecen (si es que pertenecen a alguna).  Leer y entender cada documento, así como ir descubriendo los cambios que se generan de uno a otro es una labor ardua.  Encima, a pesar de lo prolijos que son, no todo queda claro ni todo se aplica igual en todo Cataluña.

 

Algún ejemplo:

 

Una residencia envía a hacerse un PCR a una trabajadora que se reincorporará al trabajo después de tres semanas de vacaciones (pág 35 del tercer documento). Pero, ¿dónde le harán el PCR ?, en el CAP (Centro de Salud de Atención Primaria) le dicen que ellos no lo hacen en estos supuestos, que vaya a la mutua, allí le dicen que no les corresponde. ¿Qué debe hacer la residencia? ¿Pagar los 150 Euros que cuesta en una clínica privada?   Lo que hace es hablar con su referente de Salud y después de varias llamadas llega al CAP la instrucción de que, efectivamente son ellos quienes deben hacer el PCR.

 

Otro ejemplo (en este combino cosas que han pasado en diferentes residencias, no es del todo real): Una residencia verde que no ha tenido ningún positivo entre residentes y personal deriva a un hospital una residente por una caída. Los llaman y les dicen que ha dado positivo y que hay que hacer PCR a todos los empleados y residentes. En 24 horas se han tomado las muestras, en 72 hay resultados. Hay tres residentes positivos asintomáticos y un empleado. Una "rastreadora" entrevista telefónicamente a la persona que ha dado positivo y recomienda que todos los compañeros de trabajo que hayan tenido contacto estrecho se hagan un PCR hagan una cuarentena de 14 días. Hablando con la persona referente del Departamento de Asuntos Sociales y con Salud se llega a la conclusión de que habiendo hecho los PCR a todos los empleados no es necesario que una tercera parte de los trabajadores (los que habían estado en contacto) se vayan a sus casas. La dirección de la residencia se ha salvado de momento.  Todo este proceso de llamadas y espera ha durado 48 horas en las que la residencia ha vivido en el filo de la navaja.  Los residentes estarán confinados en sus habitaciones durante un tiempo, la residencia ya no es verde.

 

En ambos casos vemos un problema, un periodo en el que la residencia debe “empujar” para encontrar la solución, muchas llamadas y correos electrónicos y, finalmente una respuesta.  Lo triste es que, si otra residencia se encuentra en un caso similar, lo más seguro es que tenga que pasar otra vez por el mismo proceso.

 

Si pudiéramos tener un criterio único en Cataluña que compartieran todas las administraciones en sus diferentes modalidades (servicios centrales, delegaciones, "oficinas", CAPs ...) estaríamos mejor.  Si pudiese haber una “sala de mando única” que pudiese ir recibiendo y solucionando la casuística dando una respuesta única a casos similares, seguramente las residencias podrían trabajar algo mejor.

 

Por suerte, parece que, de momento el rebrote es menos letal que el primer ataque del virus.  No me gustaría tener que fiar el futuro de las residencias a esta aparente menor virulencia.  Como soy optimista, espero que podamos hacerlo mejor, y lo hagamos.

sábado, 30 de junio de 2018

Ingrid Roca parla del viatge a Noruega per a visitar residències

Els viatges d'Inforesidencias.com són una ocasió perquè professionals i directius de residències de gent gran de tot l'Estat puguin conèixer com funcionen les residències per a gent gran i d'altres serveis geroassistencials a diferents països Europeus.

El mes de juny de 2018 vàrem visitar durant cinc dies Noruega podent veure vàries residències a més d'un edifici on viu un conjunt de persones en règim de cohousing i una fundació que es dedica a acreditar residències en un model de qualitat basat en els principis de l'Atenció Centrada a la Persona.

Aquí podeu veure i escoltar les opinions de la Ingrid Roca del Consorci de Salut i Social de Catalunya.


lunes, 12 de marzo de 2018

UNA RESIDENCIA DE MAYORES PARA PERSONAS OBESAS



Una forma de ver la Atención Centrada en la Persona consiste en intentar que dentro de una residencia, el entorno, las actividades, la comida…  “lo que pasa” en el día a día de los residentes tenga una dimensión humana que tenga en cuenta los gustos, preferencias y necesidades de cada una de las personas que allí viven.  Para caminar en ese sentido debe pensarse tanto en el diseño arquitectónico del centro como en la organización del personal o de las actividades que tendrán lugar.

Eso es lo que están haciendo unas cuantas residencias en España desde hace algunos años.  Lo que entre nosotros no está teniendo tanto predicamento, pero sí observo en los viajes geroasistenciales de Inforesidencias.com, es la creación de residencias especializadas para personas que tengan algo en común.

He visto algunas para personas homosexuales, de religión musulmana, aficionados a los deportes o que tengan el idioma español como lengua materna (esta la vi en Estocolmo).  La idea no es clasificar a los mayores y enviarlos donde “les toque”, sino promover la existencia de una oferta variada de forma que cada cual pueda decidir, si necesita una residencia, a cuál quiere ir, sabiendo que hay una oferta variada entre la que elegir.

En el último viaje a Hannover, visitamos una residencia de personas mayores que se ha especializado en atender a personas obesas.  Lo curioso es que no se trata de atender a “personas mayores con sobrepeso” sino a personas con un sobrepeso elevado (hasta 350 kilos) a las que esa circunstancia ha afectado su salud y que eligen vivir en un entorno residencial.





La pregunta fue inmediata ¿ingresan para adelgazar y volver a sus domicilios anteriores?, la respuesta llamativa. “No se trata de un centro de rehabilitación.  Quien ha ingresado con sobrepeso recibe, si lo desea, asesoramiento nutricional, puede participar en actividades físicas y de otro tipo pero no se le impone nada”.  En la residencia disponen de camas tipo hospitalario de 1,40, de ancho, mobiliario y ayudas técnicas especiales que facilitan la vida de las personas con un elevado peso.  Muy pocos de los que han ingresado en los pocos años que lleva funcionando, han vuelto a sus casas. Esta es ahora la suya.

La idea puede resultar chocante en un principio. La sociedad tiende a tener la actitud de culpar a las personas obesas por su obesidad. Pero, en una sociedad donde aquéllos que tienen sobrepeso son casi la mayoría y los obesos un porcentaje importante, esa actitud va cambiando hasta el punto de que en Alemania, una parte del coste de la estancia en la residencia lo cubre la administración.

Me llamó la atención que la residencia se pareciese tanto a aquello que suelo visualizar cuando pienso en una residencia donde se aplique ACP, o sea un sitio con cierto desorden.   Así, los dormitorios tenían ropa encima de las sillas, muchas cosas desorganizadas en la mesa e incluso en una, alguien había dejado unas zapatillas encima de la cama.

Nos dijeron que consideraban que esa era su casa  de forma que las personas ordenadas tenían habitaciones ordenadas y las desordenadas…  pues eso.  Me extrañó que precisamente nos enseñasen dos habitaciones desordenadas pero nos dijeron que habían preguntado a los residentes y habíamos visto los dormitorios de los que consintieron en enseñarlos. Pensaron que querríamos verlos en su estado normal, y así lo hicimos.

Puede parecer sorprendente, de hecho cuando publiqué una de las fotos en Facebook el debate subsiguiente fue más sobre el desorden que sobre la atención.

Lo que me parece inspirador de lo que hemos visto en esta residencia es, en primer lugar que alguien haya pensado que existe una necesidad por cubrir y haya planteado una solución quitándose de encima el constreñimiento de pensar que una “residencia de mayores” tiene que ser sólo para mayores, como si éstos fuesen una especie de categoría humana diferenciada. 

En segundo lugar, me inspira ver residencias en las que la filosofía de ACP ha cuajado.  Normalmente el primer obstáculo a vencer cuando se piensa en implementar un modelo basado en esta filosofía está en el cerebro de los cuidadores, familiares y profesionales.

No me cuesta imaginar a una persona de 130 quilos que ingresa en una residencia española.  Estoy casi seguro que nuestra primera pulsión sería la de “ponerle” una dieta hipocalórica y pautarle unos ejercicios.  De igual forma me imagino que acompaño a un grupo de profesionales alemanes a visitar una residencia en España; estoy casi seguro que me enseñarán una habitación muy bonita y ordenada. 

Somos así.

La filosofía de cuidado que hemos heredado es la de “cuidar” a la persona fijándonos en sus necesidades e intentando reducir sus riesgos.  En la forma de ver las cosas a que estamos acostumbrado esas necesidades las valoran los profesionales y ante las mismas disponemos de una batería de tratamientos y actuaciones que podemos llevar a cabo.  Detectar una necesidad y no actuar es una especie de tabú.

Si alguien sufre obesidad mórbida, es hipertenso, diabético o tiene un claro riesgo de caída sabremos detectar la necesidad de adelgazar, controlar la tensión, el azúcar y de tomar medidas para evitar la caídas.  Si la persona no lo acepta, intentaremos convencerla. ¿Cómo vamos a no actuar ante la hipertensión cuando sabemos que puede tener efectos tan negativos? ¿Cómo dejar a un diabético que viva una vida descontrolada si sabemos que tiende a comer mal y eso aumentará mucho las posibilidades de quedarse ciego o de perder los dedos de los pies?  Si no le podemos convencer, lo intentaremos más. 

Posiblemente sus familiares no entiendan que en una residencia alguien obeso, hipertenso y diabético, pueda “no seguir” la dieta adecuada.  Precisamente algo que les llevó a tomar la decisión del ingreso fue que su madre tuviese una vida más saludable; en casa siempre “comía mal”.   Al final, posiblemente, de una forma u otra acabemos imponiendo la dieta pautada y la residente acabe comiendo a escondidas cosas inadecuadas, que paradójicamente, le traerán, también a escondidas, sus propios familiares.

Somos así.  Y precisamente por eso, cuando hablamos de ACP, debemos empezar por esforzarnos por hacer un cambio de perspectiva que puede partir de aceptar cómo somos ahora.

En mi opinión, lo profesionales, se sienten incómodos si han de respetar la voluntad de una persona que ellos saben que es claramente perjudicial para su salud y bienestar; los familiares, en gran número, piensan que la residencia debe ofrecer una combinación de seguridad/cuidados y están dispuestos a denunciar si consideran que lo que está recibiendo su ser querido no es “lo correcto” aunque sea lo que el mayor quiere; los administradores, de las residencias, ven como sus clientes valoran más que los visite el médico a menudo a que se les pregunte cuántas veces a la semana quieren ducharse;  los jueces obligan a indemnizar a familiares por caídas y “fugas” de residentes que se podrían haber evitado haciendo “lo correcto”, no lo que el residente quería; las inspecciones y administraciones, sancionan el incumplimiento de menús pautados o las planificaciones de duchas convirtiéndose en auditores burocráticos más que en elementos facilitadores.

A partir de aquí podríamos conjurarnos para avanzar en el respeto a las preferencias y opciones, aunque requiera amueblar de forma diferente nuestras cabezas.

La residencia para personas obesas y muchas otras que hemos visitado en Alemania, Suecia, Holanda y otros países pueden servir de ayuda.


Espero que si algún día llego a necesitar una residencia el cambio de mentalidad ya sea una realidad, estoy convencido de que el resto puede venir mucho más fácil.

Josep de Martí

lunes, 18 de diciembre de 2017

Les Guardes de Fet i l'1 de gener de 2018

He demanat a un bon amic, l'advocat Josep Maria Barcelona del Bufete Escura, que m'aclareixi una mica com ha quedat la cosa després de la comunicació que va fer la Generalitat a les residències en forma d'una instrucció que després va ser modificada.

Això és el que m'ha respost.  Moltes gràcies Josep Maria:

En relació a les comunicacions de les guardes de fet, cal recordar que la darrera Instrucció dictada pel Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya, estableix que el termini per realitzar les comunicacions dels usuaris que a la data d’entrada en vigor de mateixa ja estiguessin ingressats en un establiment residencial, finalitza d’aquí a pocs dies, el 31 de desembre de 2017.

Des de que els centres i establiments residencials van començar a realitzar aquest any un gran nombre de comunicacions als jutjats, en compliment de les Instruccions de la Generalitat, ens hem trobat amb diferents tipus de respostes per part dels mateixos.

La més interessant i rellevant, és l’interlocutòria dictada el passat 26 de setembre de 2017 per l’Audiència Provincial de Barcelona. El més important de tot el que diu aquesta resolució de més de 30 fulls, i resumint molt el seu contingut, és que si existeix un familiar o guardador de fet que exerceix les seves funcions correctament, NO cal comunicar la guarda de fet al jutjat.

Aquesta afirmació contradiu el que diu la mencionada Instrucció de la Generalitat de Catalunya, ja que segons aquesta, cal comunicar TOTS els casos de guarda de fet de presumptes incapaços, encara que tinguin familiars que es facin càrrec dels mateixos.

L’Audiència Provincial de Barcelona diu que existeix el que anomena “avoluntarietat” que és l’absència de manifestació de voluntat i que no equival a l’existència d’una voluntat contraria a l’ingrés i per tant, aquest ingrés és voluntari i no cal comunicar la guarda de fet.

També diu expressament que el guardador de fet pot ser un familiar dels resident, encara que aquest estigui ingressat en un centre residencial. És a dir que al contrari del que han considerat alguns jutjats i fiscals, no sempre serà el centre o el director tècnic de l’establiment residencial, el guardador de fet del resident.

Finalment, l’Audiència també contradiu el que han posat de manifest alguns jutjats i molts fiscals, ja que no considera d’aplicació general l’article 763 de la Llei d’Enjudiciament Civil, que regula el procediment per sol·licitar l’autorització judicial amb caràcter previ a un internament per trastorn psíquic. Diu que l’aplicació d’aquest article és totalment residual en el sector assistencial.

Arribats a aquest punt i tot tenint en compte que l’interlocutòria es pronuncia en un cas concret i que no podem dir que estableixi jurisprudència, sí que podem considerar que fa una interpretació ponderada i molt encertada del que realment tindrien que ser les comunicacions de les guardes de fet. Podem dir que l’Audiència Provincial de Barcelona, ha establert les bases per tornar a la situació anterior a les Instruccions de la Generalitat de Catalunya d’aquest any.

Per tant, podem fer nostres els arguments de l’Audiència Provincial de Barcelona i defensar davant del servei d’inspecció i registre del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya (servei competent per sancionar als centres per no comunicar les guardes de fet), que no cal comunicar totes les guardes de fet si hi ha familiars responsables. També podem optar per una postura més prudent i comunicar totes les guardes abans d’acabar l’any, ja que ningú ens podrà sancionar per fer de més. Personalment considero que la postura de l’Audiència Provincial és la correcta i que no cal realitzar un treball, que en l’immensa majoria dels casos, és totalment innecessari.

Josep Ma Barcelona Pedret
Advocat

BUFETE ESCURA